Yo también he recibido una carta de Esquerra

Últimamente, mirar el buzón es llevarte una sorpresa. Y eso está bien. Ya me había acostumbrado a recibir esas cartas de Vodafone o de La Caixa (léase facturas o extractos bancarios), que las abres con un desprecio terrible. Pero el otro día me llevé un par de sorpresas.
1) Una carta de Esquerra Republicana. Madre mía, si yo no soy simpatizante, ¿qué querrán de mi? ¿que pague religiosamente una cuota? ¿será ésta la manera moderna de la extorsión? No, no, no, que va. Ahora caigo. Resulta que hace unos meses, a través de mi amigo Carles Marc me llegó la noticia de que en ERC buscaban a una persona para el departamento de prensa. Sin demasiadas expectativas eché mi C.V. Me responden desde Can Carod que agradecen mi interés, pero que no encajo en el perfil. No, si ya sabía yo, no hacía falta que me lo dijeras, chato. Eso sí, mi C.V. pasa a engrosar su archivo, por si en el futuro se acordaran de mi o necesitaran a alguien de mi perfil. Sinceramente, no creo que llegue ese día.

2) El sábado recibí una invitación para asistir a la inauguración de un bar de copas - discoteca que se llama Licaón. Todo correcto, si no fuera porque la inauguración se celebraba... el viernes. Qué rabia, mi madre. Lo peor es que esto ya se está convirtiendo en una costumbre. Ya llevo varios meses recibiendo el flyer del Nitsa Club con sus respectivas invitaciones con algunos días de retraso, por lo que me pierdo las primeras sesiones de cada mes. Y con lo mal que está la economía hoy en día, no estoy para desaprovechar las invitaciones.